Apuntes de viaje. Letur, el pueblo de agua.

Agua. Agua que corre, que salta, que bulle con su murmullo incesante. Cantos de pájaros. El cacareo matutino de las gallinas de una casa cercana y el rumor del agua.

Constantemente agua. Por todas partes: agua.

Agua que huele a agua, a humedad, a umbría y verde.

A excursiones de verano.

Olores que se pierden más allá de la mascarilla, que cuando no hay nadie cerca me bajo para respirar bien hondo y llenarme los pulmones de ese aire de inicios de verano. El aire lleva flores y hierba fresca.

Olor a higuera, con sus higos verdes que aún necesitan madurar para comerlos en agosto. Uvas que se intuyen a la sombra de los parrales. Nisporeros, con sus frutos naranjas y maduros llenando las ramas, muchos ya picados por los pájaros y las avispas. Festín de insectos que al calor de la tarde son la banda sonora que me acompaña.

Molinos, canales de riego, acequias. Charcos y cascadas de agua fría. El agua fluye, viva y sonora en las callejuelas y caminos de Letur.

Una ligera brisa agita las copas de los chopos y álamos, y en la codiciada sombra las moscas zumban junto al arroyo. Tontas, torpes y pegajosas, se pegan a la piel aturdidas por el calor.

Libélulas abejorros mariposas moscas avispas hormigas

La fauna invertebrada del verano está en plena efervescencia y hace suyos los caminos de tierra, salvajes y abandonados tras un año de pandemia.

Unos gatos callejeros dormitan en las sillas de la terraza del bar. En un poco, cuando el dueño abra el local y los espante sacudiendo el trapo que usa para limpiar las mesas y sillas, se irán junto a los contenedores o ronronearán bajo las mesas a ver si pillan algo.

“Cerrad las puertas, que se cuelan los gatos”, nos avisa Julián. Lo cierto es que aquí apetece abrir puertas y ventanas, dejar que el aire cálido nos despeine y los olores del verano nos llenen los pulmones.

Las pozas de agua fría están turbias por la arenilla del fondo, pero el agua está helada y en continuo movimiento. Fluye. El murmullo del agua acompaña este pueblo, arrullándolo como una nana a la hora de la siesta.

 

Letur, junio 2021

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